22 Tesis sobre la Sociedad Venidera – Dirk Baecker

Si el computador y sus redes es considerado como una sobrecarga para la sociedad contemporánea, como lo hizo la imprenta en la sociedad tradicional cuando libros, artículos, archivos, papel moneda, certificados de escuela, etc., fueron extensamente usados, entonces en efecto es mejor que comencemos a observar nuevas culturas y estructuras de una emergente sociedad venidera.

Dirk Baecker (2013)

 

La Sociedad Venidera: A manera de introducción.

 

La modernidad es descrita por el ojo observador de la teoría de sistemas como un orden diferenciado funcionalmente. Así, lo moderno de la sociedad moderna es la diseminación de funciones en sistemas parciales que operan bajo sus propias pretensiones de racionalidad, constituyéndose un orden precario basado en la contingencia. Uno que no es necesario ni imposible (Luhmann, 1997, 1998, 2007).

Como hemos mencionado en entradas previas, si el orden social es contingente y se resuelve de manera paradojal/temporal bajo la codificación de la comunicación, la pregunta es cómo es posible una sociedad como la que tenemos. Al empalmar esto con la adopción de la comunicación como lo eminentemente social, posicionándola como el ´elemento` constitutivo de la autopoiesis de la sociedad (Luhmann, 1998; Arnold & Cadenas, 2013), se entiende que cualquier cambio en su manera de difusión –cómo la comunicación se comunica– afecta las estructuras de la sociedad toda. En otras palabras, al estabilizarse una nueva manera de difundir la comunicación existen consecuencias radicales para las más diversas operaciones de la sociedad. Estos cambios se pueden observar en la posibilidad de comunicarse mediante el lenguaje, la escritura que supera la necesidad de la presencia física en la interacción y la hecatombe/catástrofe de la imprenta (Luhmann, 1987, 1992; Koselleck, 1993; Barzun, 2005; Crampton, 2004]. Piénsese solamente – como en una novela de Kafka- en la idea de ciudadanía sin medios masivos de masas, plebiscitos sin registros electorales, transacciones bancarias sin contratos o más todavía una sociedad donde los libros fueran prohibidos –perdón (¡) eso ya es Ray Bradbury (!).

Siguiendo estas ideas, el sociólogo alemán Dirk Baecker ha sostenido en sus más recientes investigaciones que la sociedad cuenta con una nueva plataforma comunicativa, los computadores, y con un nuevo medio de difusión llamado Internet (20062007, 2008). Aunque esto pareciera ser baladí, se transforma en un poderoso diagnóstico con importantes consecuencias si se mira a la comunicación como lo eminentemente social y las posibles consecuencias que lleva aparejado un cambio en las maneras de su difusión. Algunos de estos impactos son configurados en el siguiente texto inédito en español, como también en una reciente entrevista hecha al autor por dos de nuestros editores.

Hacemos presente nuestro agradecimiento a los profesores Fernando Robles y Hugo Cadenas por la traducción del manuscrito original del alemán. De igual manera al Dr. Baecker por autorizar por segunda vez una traducción publicada en nuestro sitio. Parafraseando a Ortega y Gasset, la traducción como ejercicio, nos acerca un poco más al maravilloso mundo de la construcción de teoría social.

22 Tesis Sobre la Sociedad Venidera

por Dirk Baecker

Director del Departamento de Teoría y Análisis de la Cultura

Zeppelin Universität

(1)        La sociedad venidera se distingue de la sociedad moderna como la electricidad se distingue de la mecánica. Los circuitos desplazan a las palancas. La instantaneidad hace innecesaria la mediación. Allí donde la imprenta dispone la difusión, los computadores calculan con resonancias. La dinámica de la modernidad, hasta ahora fue legible como historia, progreso y decadencia, se disuelve en turbulencias, las que sólo reconocen singularidades.

(2)        La forma de la cultura de la sociedad venidera no es el equilibrio, sino el sistema. Las identidades ya no se obtienen de la conmutación de los trastornos sino de que las desviaciones se refuercen y se consoliden como nichos. Los equilibrios son estados vacíos; esperan a la próxima disrupción. Los sistemas son inquietos por derecho propio; desaparecen cuando no encuentran conectividad.

(3)        La forma de la estructura de la sociedad venidera ya no es la diferenciación funcional, sino la red. En el lugar de las racionalidades fácticas, se sitúan tensiones heterogéneas, en el lugar de la razón se ubica el cálculo, en el lugar de la repetición la variación.

(4)        La forma de integración de la sociedad venidera deja de ser la historia en su presente como progreso o decadencia, sino que es el futuro desconocido con su presente concebido como crisis. Mientras no se sepa cómo se continuará, se asegurará el estado de las cosas, respecto del cual no se puede confiar.

(5)        La política de la sociedad venidera es conservadora, en lo militar, en lo económico y en lo ecológico. El poder que le queda, es el resultado de la fuerza de convicción del status quo. La política suministra las direcciones a las que recurre si se quiere conservar la visión de conjunto, la que ya no es posible.

(6)        La economía de la sociedad venidera transcurre de la asimetría hacia la asimetría. Se trata de ganar tiempo. Administrar significa tener su capital un paso adelante.

(7a)  El arte de la sociedad venidera es salvaje y decorativo. Tirita en la red, vibra en los medios, se arruga en controversias y fracasa ante su propia necesidad. El que se ocupa artísticamente, busca un público para su demencia.

(7b)  El arte de la sociedad venidera es liviano y listo, ruidoso e insoportable. Se escabulle y se une con el chiste; apremia y seduce. Sus imágenes, historias y tonos agreden y no se responsabilizan por ello.

(8)        La ciencia de la sociedad venidera es poética y matemática. Diseña y calcula el objeto autónomo. Ella únicamente es la encargada de lo nuevo. Su carácter matemático coherente con una complejidad recursiva se sitúa en el lugar del cálculo, la geometría y la línea.

(9)        La religión de la sociedad venidera es grandiosa y despiadada. Informa acerca de un mundo y en cuanto más mira hacia atrás al hombre con extrañeza, más se aleja de él.

(10)    La educación de la sociedad venidera permanece desorientada. Se abandona en una forma de dos lados, que sólo puede ser adecuada a lo que no sucede en la escuela.

(11)    La organización de la sociedad venidera es kenogramatical. Define espacios vacantes que en cualquier momento pueden ser ocupados de otra manera. Motiva a un trabajo que únicamente en ese momento no puede ser intercambiable. Se compromete con productos que sujetan a los clientes, en cuanto los liberan.

(12)    La técnica de la sociedad venidera confecciona al mundo como prótesis de sí misma.

(13)    La forma de reflexión de la sociedad venidera ya no es la magia, el poder, o el dinero sino la información. La religión, la política y la economía ceden los resultados de sus orientaciones a los medios de masas. La alianza entre las noticias, la publicidad y el entretenimiento se convierte en paradigmáticamente más importante que la comunicación con los dioses ausentes, que las restricciones de la arbitrariedad y la estabilidad de la inestabilidad.

(14)    El individuo de la sociedad venidera juega, apuesta, se ríe y está desorientado. Él cuenta como en las sociedades tribales, siente como en la antigüedad, piensa como en sociedad la moderna y a pesar de todo tiene que participar aquí y ahora en la sociedad actual. Se asegura de su grupo, sueña con su lugar, calcula sus posibilidades y experimenta cómo el próximo embrollo lo abruma.

(15)    La moral de la sociedad venidera consiste en reaccionar a la visibilidad de esta sociedad con sentido de las proporciones.

(16)    La forma de la negación de la sociedad venidera ya no es la embriaguez, la corrupción o la crítica, sino la farsa, la transformación de una imposibilidad en posibilidad. Es impredeciblemente productiva, como toda forma de negación; y esto no porque no supiera lo que hace sino porque nadie sabe qué reacciones ella origina.

(17)    El deporte de la sociedad venidera empuja con fuerza hacia el umbral del doping y las prótesis de plasticidad del cuerpo humano. Descompone en unidades más pequeñas para poder evaluar estadísticamente de diversas maneras, se compone de competencias en competencias en competencias. Sin embargo, el deportista se encuentra aun inevitablemente contra sí mismo.

(18)    La muerte en la sociedad venidera no es más la despedida a los antepasados, no es más el cambio de lugar de este lado hacia el otro y tampoco el equilibrio final, al cual ninguna improbabilidad puede ya imponerse por la fuerza, sino que es un proceso incompleto de desvanecimiento, el cual deja huellas que no pueden ser recompuestas en unidad alguna.

(19)    La salud en la sociedad venidera es la fórmula de contingencia de la existencia humana por excelencia. Nadie está nunca realmente sano, de manera que de cada señal de identidad –a pesar que esta apenas aporte a la identidad– se convierte sin intermediarios, y mientras más se defina esta como señal de enfermedad, en la marca de todas las poblaciones.

(20)    La ética de la sociedad venidera ya no busca la buena vida, la virtud perfecta, ni tampoco un posible reproche a la propia vida (la buena conciencia), sino la acción intachable en el pleno sentido de palabra. Una acción éticamente intachable es aquella con la que todos los afectados, si se les consultase, podrían estar de acuerdo.

(21)    La arquitectura de la sociedad venidera no es más aquella del adentro y el afuera (la cueva), del arriba y abajo (el palacio) o de lo alcanzable e inalcanzable (del espacio público y el privado), sino la del laberinto. Se optimiza la redundancia de la renuncia a la redundancia. En cada rincón se negocia nuevamente qué sorpresa cabe esperar en el siguiente rincón.

(22)    El chiste en la sociedad venidera no concierne más sólo a la graciosa palabra incorrecta (incluidas las acertadas maldiciones), al reconocimiento en la metamorfosis (incluida la tragedia que consiste en no poder volver atrás) y a la relación improbable perspicazmente encontrada (incluida la melancolía de no poder continuar trabajando con ella), sino también al cortocircuito que explica un mundo (y que nadie sabe por cuánto tiempo).

Título original:

“Zukunftsfähigkeit: 22 Thesen zur nächsten Gesellschaft” disponible en el Catjects Project

Traducción:

Dr. Fernando Robles (Departamento de Sociología y Antropología, Universidad de Concepción) y Dr. Hugo Cadenas (Departamento de Antropología, Universidad de Chile).

Un comentario

Nietsche 04/19/2014 Contestar

Esta sociedad venidera ya ha muerto antes de nacer, pero puede resultar útil dialogar con su fantasma. A mi parecer, la sociedad se mueve por laberintos subterráneos, en perpetua resonancia con el inconsciente personal… pero todo esto es palabra, y la palabra es huella misteriosa.

La atención al instante, es lo único que parece no variar con el paso de nuestros delirios temporales.

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