La cibernética: Introducción a una revolución en las ciencias

Information is information, not matter or energy.

Norbert Wiener – Cybernetics: Or the Control and Communication in the Animal and the Machine

La cibernética ha tenido variadas definiciones, siempre al filo de lo que los cultores en el momento están pensando en relación a las preguntas a responder. Pero si seguimos el camino de uno de uno de sus más grandes exponentes, Heinz von Foerster, la pregunta no es qué es la cibernética sino cuándo la cibernética. Puede sonar algo confuso, pero si tomamos su consejo podríamos decir que la cibernética (I) es una ´forma` de observar las cosas (v. gr. el lenguaje), por ejemplo cuando un chimpancé intenta botar un plátano con un palo, (II) la cibernética sería el palo, no el chimpancé. En otras palabras, la cibernética se pregunta por la forma de variables de procesamiento de una situación y cómo es posible observarlas.

Entrando en la definición clásica, Norbert Wiener la definió como «el estudio científico del control y la comunicación en el hombre y en la máquina», tomando la idea de la palabra griega Κυβερνήτης (Kubernites) la que refiere al timonel con el que se gobiernan las naves. De allí que los intereses eran preguntarse por el control y flujo de información, la manera de comunicación y la relación con el entorno que podían sostener los sistemas complejos. De la primera época del desarrollo llamado habitualmente cibernética de primer orden, se pueden nombrar grandes avances en relación a las diferencias entre una máquina trivial que solamente puede procesar ciertas cantidades de entradas (inputs) y dado su procesamiento, unas salidas que pueden anticiparse (outputs), como un interruptor que brinda electricidad a una ampolleta. Así como a los sistemas complejos que pueden procesar múltiples posibilidades y que tienen una relación dinámica con sus entornos, sean estos sistemas vivientes o máquinas, teniendo especial énfasis en la forma en que reducen y trabajan con la complejidad de sus selecciones.

La gran revolución provino en la década de los setenta con la llamada cibernética de segundo orden cibernética de sistemas observadores liderada por el ya mencionado von Foerster, Humberto Maturana, Francisco Varela, Paul Watzlawick, Staford Beer y Gregory Bateson entre otros, quienes nutrieron sus análisis de la física, biología, epistemología, ciencias cognitivas, matemáticas, lógica, filosofía, sociología, antropología y otros diversos campos del conocimiento que a primera vista no tienen mayor relación. El giro radical de análisis se centra en observar sistemas observadores, es decir, observar cómo un sistema realiza sus operaciones, o como sostuviera von Foerster: el programa de investigación de la segunda cibernética es preguntarse por las propiedades de un observador. En palabras simples, ya no solamente observar los procesos de información y control, sino observar los observadores que llevan a cabo esos procesos y de qué forma.

Preguntarse por las propiedades de un observador es demasiado amplio y puede conducir a equívocos. La idea principal de von Foerster es, primero, en relación a qué es la realidad. La forma de responder tan complicada pregunta no proviene de los caminos habituales de la filosofía, dejando de lado las aproximaciones de Descartes, Kant, Hegel y otros, pero no por un desprecio por aquellos pensadores, sino para poner a prueba aquellas descripciones y otras que la misma ciencia consideraba como algo sabido. De allí que la pregunta se comienza a resolver en relación al observador y qué es capaz de observar, en otros términos, qué es lo que es posible de procesar por el cerebro al recibir estímulos y si se pueden relacionar estos estímulos con lo que objetivamente se entiende como realidad. 

Sus conclusiones son muy interesantes. La realidad es siempre construida porque el cerebro no es capaz de separar lo que es realidad de ficción en los estímulos que procesa. Un ejemplo de lo anterior, es el habitual juego con dos rombos (o cuadrados) en el cuál uno cierra un ojo y por el lado ciego del ojo, el otro rombo no se ve. Para el cerebro ese efecto es tan real como si viera los ambos rombos. De aquí que se puede sostener que para las operaciones del cerebro no hay diferencia entre realidad y ficción. Por ello lo que realiza el cerebro es un re-computar la realidad en tiempo dinámico, en la medida en que es capaz de observar un entorno y computar las informaciones que recibe de él, siendo imposible tener un contacto con la realidad física que se observa, i. e. al tocar una muralla no hay ninguna unión ontológica entre la muralla, el cerebro y la mano.

Las consecuencias del razonamiento anterior son radicales, principalmente para la epistemología y la ciencia, pues cuestiona radicalmente la existencia de una realidad que pueda ser observada en sus contenidos fácticos. Por el contrario, sostiene que la realidad es una construcción constante, en la medida en que el cerebro no es capaz de procesar la complejidad de su entorno ni tener una relación de adscripción entre sujeto y objeto.

Fuera de los archivos señalados en el texto, para quien le interese estudiar cibernética podemos recomendar los clásicos An Introduction to Cybernetics de Ross Ashby, libro muy explicativo y que incluso tiene ejercicios al final de cada capítulo. De igual manera, el también clásico de Norbert Wiener Cybernetics: Or Control and Communication in the Animal and the Machine, texto fundamental para entender el programa de la cibernética y sus aspiraciones iniciales.

Sobre la cibernética de segundo orden, el mejor texto introductorio es Las semillas de la cibernéticauna compilación de conferencias de Heinz von Foerster, muy amables de leer y seguir.  Por último, para un estudio más avanzado de las ideas del profesor austriaco se puede consultar Understanding Understanding: Essays on Cybernectics and Cognition.

Un comentario

Roberto 02/14/2018 Contestar

Pasos hacia una ecología de la Mente – Bateson, G.

justo él trata estos temas epistemológicos.

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