El dilema de los clásicos y el lugar de Niklas Luhmann en la teoría sociológica: Apuntes para una biografía intelectual

Todo ‘logro’ científico implica nuevas ‘cuestiones’ y ha de ser superado y ha de envejecer. Todo el que quiera dedicarse a la ciencia tiene que contar con esto. Ciertamente existen trabajos científicos que pueden guardar su importancia de modo duradero como ‘instrumentos de gozo’ a causa de su calidad artística o como medios de preparación para el trabajo. En todo caso, hay que repetir que el ser superados necesariamente no sólo es el destino de todos nosotros, sino también la finalidad propia de nuestra tarea común. No podemos trabajar sin la esperanza de que otros han de llegar más allá de nosotros, en un progreso que, en principio, no tiene fin.

Max Weber

Niklas Luhmann fue uno de los sociólogos más importantes del siglo XX, consideró relevantes los más diversos temas y justificó su diagnóstico de crisis de la sociología, a través de un monumental trabajo en todos los campos que se pueden encontrar en el vasto mercado de la investigación teórico-sociológica. A pesar de ello, es de extrañar que no se le dediquen muchas páginas en los manuales de enseñanza de la disciplina. Basten dos ejemplos y un absurdo: 1) en el archiconocido manual de sociología de Anthony Giddens ([1989] 2006) no hay una sola línea sobre la teoría de sistemas del sociólogo alemán, es más, siquiera se lo nombra; 2) en el leidísimo manual para estudiantes de sociología de Ritzer ([1993] 1997] sobre teoría sociológica contemporánea podemos dar cuenta de lo mismo. El absurdo se puede encontrar en la famosa línea de Libros para principiantes en su especial sobre sociología que le dedica una sola página, considerándolo un reformador del funcionalismo y mostrando una imagen de él con un computador en su cabeza (?). Una excelente pregunta sería si la propia enseñanza de la teoría sociológica ha llevado a, en palabras de Moeller (2011), ignorar, malentender o aguar la teoría de sistemas y su radicalidad.

Luhmann sociología para principiantes
(Sociología Para Principiantes 2011:161)

Es por ello que en esta entrada temática quisiéramos dar un panorama general al trabajo de Luhmann, siguiendo cuatro ideas que guiaron lo que llamó la sociología como ilustración, sean estas: a) colocar a la sociología a gran distancia de la sociedad; b) las funciones latentes que la constituyen; c) una propuesta de aplicación de la teoría de sistemas y, por último, d) el método que debería orientar la teoría misma (Hellmann 2004)

a) La primera gran obra de Luhmann, Sistemas Sociales, comienza como dijimos, diagnosticando una crisis en la teoría sociológica. Después de los avances realizados por Talcott Parsons ([1937] 1968; 1964), la sociología dejó de lado el intento de generar una teoría de la sociedad, supliendo sus carencias con teorías de alcance medio (Merton 2002) o armando todo un entramado de lecturas, relecturas y rerelecturas de los clásicos, acariciando sus obras y pidiendo por una respuesta del más allá ante el incierto panorama líquido (Bauman [2000] 2003), riesgoso (Beck [1986]2002), magmático (Castoriadis [1975] 1983), entre otros, de la sociedad actual.

Como el mismo Luhmann señalaba ya en 1980 (2010:95):

«El manejo minucioso y disciplinario de los clásicos exige en particular: (1) Asegurar la edición de un corpus escrito auténtico clásico; (2) la atribución de todo aquello que está escrito en ese corpus al clásico mismo, es decir, la personificación de la teoría, dejando de lado la acción preponderantemente receptora y reformuladora de cada autor; (3) Mejoramiento interpretativo de la consistencia de la obra, eliminando vacíos y las disonancias cognitivas, en caso necesario, mediante la formación de distintas escuelas interpretativas; (4) Vinculando al número precedente, crítica e interpretación de las interpretaciones (literatura terciaria); (5) Recontextualizando al autor clásico y redescubrimiento del origen de su pensamiento; y después de algún tiempo (6) Esforzarse en descubrir su verdadera figura. Finalmente, puede surgir un complejo en tal grado momificado de literatura sobre la literatura, que sólo se puede volver a poner en movimiento al clásico en el contexto de una teoría propia.»

Sin ir más lejos cuando a los propios sociólogos se les pregunta teóricamente sobre ¿cómo es posible el orden social?, habitualmente las respuestas emanan de los clásicos o desde la indiferencia ante la pregunta bajo un ´y eso de qué sirve para investigar?`. Lo anterior no significa desmerecer el avance de las teorías sociológicas de última generación, como la teoría de redes (White 1992), la teoría del actor-red (Latour [2005] 2008) o los últimos avances en la teoría de los campos ( Bourdieu 2005) por mencionar algunas. Pero la aplicación de una teoría a la totalidad de lo social, en base a una diferenciación disciplinaria emanada desde un apronte epistemológico claro, consideramos, es aún opaca.

b) La sociedad no se deja fácilmente observar pues su continuo aumento de complejidad desafía las marcos ya construidos por la sociología. Volviendo a una pregunta similar a la expuesta más arriba, cómo es posible el orden social moderno?, por tanto, qué es lo que tiene el orden moderno que no tengan los otros ordenes con los que la sociedad se describía a sí misma?. En nuestra opinión esa es una pregunta de sociología histórica en primer término, teórico-sociológica en segundo, como también devela Juan Luis Pintos (2011). Pero si se comienza desde un constructivismo radical la respuesta se debe encontrar en la misma sociedad, no intentando ver qué es lo que se esconde detrás, sino cuáles son las condiciones de posibilidad para que una operación se seleccione (distinga) en vez de otra. Es ahí donde la sociología debe preguntarse nuevamente cómo es posible observar las estructuras latentes (Luhmann 1994; 1998). De allí que la relevancia del desafío de la teoría de sistemas al cuestionarse la contigencia del orden moderno, además de los procesos históricos que diferencian a la modernidad. Esto nos conecta directamente a un método de construcción teórico (d).

c) Una propuesta de aplicación para la teoría de sistemas es digna de un libro o por lo menos de unos cuantos artículos. Esto último es lo que considero mejor para orientar a una respuesta a este tópico.

Una de las habituales quejas que circulan en relación a la teoría es su nivel de abstracción y la poca ´conexión que se observa en los hechos cotidianos`, la respuesta más directa que se nos ocurre es que la dificultad de la teoría intenta corresponderse con la dificultad de observar la sociedad moderna. Leer Sistemas Sociales, como el mismo Luhmann exponía en su prefacio a la edición inglesa, no es una tarea sencilla pues «(…) [el libro] no está pensado para aquellos que prefieren una lectura rápida y fácil, y que no quieren morir sin una probada de teoría de sistemas» (2000:207). Es necesario indicar (y distinguir) que la aspiración universalista se puede fácilmente justificar por la gran cantidad de investigaciones empíricas que se han llevado a cabo bajo el paradigma sistémico, cuestionándolo y buscando respuestas a variados problemas que la misma teoría no contempló en un comienzo. Por mencionar algunas, podemos dar cuenta de investigaciones sobre medio ambiente (Arnold y Urquiza 2010), genoma humano (Arnold, Osorio & Robles 2002), cultura (Dockendorff 2006), inclusión/exclusión social (Robles 2005, 2006; Cadenas 2012), organizaciones (Rodríguez 1996; 2004), políticas públicas (Mascareño 2010), derecho (Cadenas 2012), sociología histórica (Baecker 2012, 2013a, 2013b), economía (Willke 2013), entre tantas otras.

d) El método que orienta a la teoría es claramente el funcionalismo, pero no uno de cualquier tipo. El gran aporte de Luhmann fue reconfigurar este último desde un apronte estructural (estructural-funcionalismo) (Bottomore & Nisbet [1978] 1988) hacia uno que comenzara desde el análisis funcional (funcionalismo-estructural). La ganancia, en palabras simples, es cuestionar los esquemas de problema/solución que configuran los propios sistemas sociales en su operar, incluyendo la paradoja de causalidad (causa-efecto) (Luhmann 1973) en la configuración de la observación de segundo orden. Función ya no será la satisfacción de necesidades, sean culturales, psíquicas, estructurales, etc., sino la configuración de la dualidad mencionada. Una explicación acabada de la operación del método funcional sistémico-constructivista (o sociopoiético) se pueden encontrar en Besio y Pronzini (2008), Leydesdorff (2009), Knudsen (2010), así como una operacionalización de la forma de investigación sistémica bajo la pesquisa de distinciones guía en Åkerstrøm-Andersen (2003).

Esperamos haber configurado, en estas breves líneas, la forma de la investigación sistémica y lo que el mismo Luhmann intentó desarrollar a lo largo de su vida intelectual.

2 comentarios

Ricardo Camargo 07/24/2018 Contestar

Excelente articulo y presentación.

Felipe Pérez-Solari 07/24/2018 Contestar

Muchísimas gracias Ricardo.

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