El Fútbol por Niklas Luhmann

por Niklas Luhmann [i]

Universität Bielefeld

La sociedad moderna no padece ya de las contradicciones del capitalismo, ni real, ni intelectualmente. Incluso los países anteriormente socialistas comenzaron a aprender que sin balances empresariales, no es posible decidir qué es económicamente racional y qué no. Esto requiere del cálculo, en el medio del dinero, de los costos monetarios, materiales y laborales dependientes del mercado. En esto parece existir acuerdo. Pero con ello no se resuelven todos los problemas. Quizás este no es, ni mucho menos, el problema central de la sociedad moderna.

Lo que actualmente atemoriza o por lo menos asombra es la aparición de un nacionalismo tribal, sin chances en lo económico y a menudo cargado de combustible religioso. La construcción artificial de las naciones en la modernidad temprana, deudoras de la imprenta y su unificación de la lengua, han perdido su vigor integrador y soberanía externa. Pero parece que no se puede renunciar tan fácilmente a la severidad [Schwere] y el arraigo de la pertenencia nacional. Así como la Hidra: de una cabeza cortada brotan muchas otras.

Lev Yashin
Lev Yashin

Eso no debe ser entendido como un anacronismo antimoderno. Más bien, podría ser convincente el recurso presente a los opuestos ligereza y pesadez (leggerezza/pesantezza), los cuales Italo Calvino introdujo en la primera de sus Lezioni Americane [1985] como palabras clave para el milenio entrante. En efecto, las disposiciones mundiales internacionales son particularmente ligeras y fugaces. Se puede pensar en los mercados financieros o la moda, la adopción y prueba de teorías científicas o el proceso de recalentamiento y enfriamiento de las relaciones políticas. La velocidad de los mass media y la comunicación electrónicamente mediada poseen el mismo efecto. Para soportar esto se necesita, al parecer, contrapesos a la severidad [Schwere], al enlace, a la sordera de sentimientos indispensables, por los que uno no puede hacer nada, en los que, por así decirlo, se nace.

Uno debería mantenerse en esta contraposición, pues si no existiera no habría fútbol. Más que cualquier otro elemento específico de la modernidad, el fútbol se presta a simbolizar la unidad de ligereza y pesadez. Su sistema no tiene finalidad, pero es biestable: se puede perder o ganar. Las posiciones cambian constantemente dentro del campo y en la tabla –debido a un gran esfuerzo, pero de alguna forma rápida y fácil. El valor de mercado es difícil de sobreestimar, no sólo se puede comprar la pelota, sino también al jugador. Pero los espectadores pueden comprometerse con los sentimientos nacionales, los fans incluso con el peso de sus cuerpos. La pelota vuela a través del aire y cae al piso teniendo sentido incluso para los fotógrafos. Estos últimos, fotografían con agrado a los jugadores en el aire o yaciendo en el piso, corriendo o entrelazados, como presentando al fútbol con sus dos lados: ligereza y pesadez. Finalmente, la redondez de la pelota simboliza sólo eso: la unidad de ligereza y pesadez.

Nadie esperaría poder resolver problemas del tipo bosquejado al nivel de su simbolización. Al contrario, uno debería asumir que lo insoluble del problema aclara la fascinación por el símbolo.

 

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Citación ISO 690:

  • Luhmann, N. (2018). El Fútbol. Sistemas Sociales [en línea] 2018. [Fecha de Consulta]. Disponible en https://sistemassociales.com/el-futbol-por-niklas-luhmann/

Citación APA:

  • Luhmann, N. (2018). El Fútbol. Sistemas Sociales. Recuperado desde https://sistemassociales.com/el-futbol-por-niklas-luhmann/

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[i] [N. del T.] Traducción de Felipe E. Ranke. Publicación original: Luhmann, N. (4.7.1990). Der Fußball. Frankfurter Allgemeine Zeitung. Texto extraído de la reimpresión: Luhmann. N. (2000). Der Fußball. En N. Luhmann, Shortcuts (pp. 88-90). Frankfurt a. M.: Zweitausendeins. Sin Karen Ranke y Lionel Lewkow está traducción tendría más asperezas de las aceptables: a ambos mis profundas gracias. Por supuesto, los posibles errores o imprecisiones son exclusiva responsabilidad del traductor.

5 comentarios

Sergio Pignuoli Ocampo 04/24/2018 Contestar

Gran aporte!! Gracias Felipe por encontrarlo y por traducirlo… Pero en el futbol se puede empatar también, así que habría una suerte de triestabilidad. Lindo hallazgo!

Felipe Pérez-Solari 04/27/2018 Contestar

Muchas gracias Sergio (!)
Te mando un abrazo fraterno.

Jorge Falcoff 06/28/2018 Contestar

Muchas gracias de gran utilidad en este y todos los momentos…

G.Battan 06/29/2018 Contestar

Excelente poder leer a Luhmann en este tema, lo que de entrada nos pone a reflexionar y cambiar el visto, una observación más a este fenómeno.

Pablo 07/04/2018 Contestar

Que bueno, realmente no entendí muy bien a qué está dirigido el texto pero me gusta el fútbol y Luhmann saludos

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